Sus majestades satánicas lanzan disco con material nuevo en casi 20 años y es una joya.
No podemos negar que los Rolling son una de las bandas más grandes de todos los tiempos, por lo que quieran: la cantidad de discos, las ganancias, las innovaciones musicales, la calidad de la mayoría de sus discos, sus aportaciones a la música… y hasta sus integrantes.
Cuando andaban ya en el quinto piso, casi todo mundo decía que ya se estaban gastando sus últimos kilómetros en el Rock & Roll. Y cuando cumplieron 50 años de carrera, ya la preocupación por la banda era sobre su vida, no tanto por su música. Jagger era bisabuelo y corría sin parar por todo el escenario como chavo de 20 años.
Hoy la preocupación se torna en fiesta por la salida de un nuevo material inédito que, a título personal, no esperé que fuese tan bueno. No sé a qué edades se deja de ser bueno en lo que uno sabe. Charlie Watts ya no está, murió a los 80 por una corta pero fulminante enfermedad. En el 2019, Jagger fue operado de urgencia por una afectación en el corazón. Keith Richards ya tiene prohibido fumar (aunque el alcohol no lo deja). Suena a una banda ya frágil, seguramente el final está más cerca.
Y eso, tal vez de manera consciente o no, por parte del inmortal (ahora) trío, se saborea en el disco, ¿será el último que escuchemos de ellos?. Sí, Hackney Diamonds, es el vigésimo cuarto álbum de la banda y el primero en 18 años después del Bigger Bang, que recuerdo que aún lo reseñamos en Switch cuando éramos revista impresa, no estoy seguro de la calificación que le dimos, pero no fue un disco bueno, la verdad. Nos emocionamos cuando la disquera nos lo mandó, pero no tanto al terminar de escucharlo.
En estos 18 años, se habían metido al estudio algunas veces, es por eso que Watts alcanzó a salir en dos temas que ya habían grabado (la batería de los demás temas estuvo a cargo de Steve Jordan y la producción fue de Andrew Watt).
Hackney Diamonds es un disco muy… cómo decirlo… muy grato, es como ese rayito de sol y calor en un día frío. El disco abre con el sencillo que conocimos hace algunas semanas. “Angry” es un clásico himno de los Rolling, esos riffs de Richards son inconfundiblemente aplaudibles y son de esas rolas que se te quedan pegadas en la memoria.
Recordemos que los Rolling suelen golpearte la cabeza desde el principio, sólo revisemos algunos discos como el Tattoo You que abre con “Start Me Up”, el Sticky Fingers con “Brown Sugar”, el Voodoo Lounge abre con “Love is Strong”, el Some Girls con “Miss You”, por ejemplo.
En “Get Close” aparece la primer colaboración del álbum, Sir Elton John le da un sabor dulzón a la rabia de Jagger, es una mezcla perfecta.
De hecho, la mitad del disco escuchamos a un Jagger escupiendo su rabia social, en el caso de “Bite My Head Off”, ahora acompañado del mismísimo Paul McCartney, es una crítica a la clase dirigente.
Pero también se da su tiempo de señalamientos amorosos como en “Driving Me Too Hard”, las relaciones tóxicas parece que están de moda, pero no está bien.
Y en letras de Mick, no faltarán las frases tipo Mauricio Garcés, como: “Llegaste al lugar adecuado, nena, en el momento equivocado”, que aúlla mientras suena algo más Disco, en “Mess It Up”… Jagger es un hermoso gigoló.
Pero también vemos la realidad de la banda en rolas como “Depending On You”, que refleja lo que sus mentes les deben estar dictando: “Soy demasiado joven para morir, pero demasiado viejo para perder”.
Otro de los momentos cumbres del disco es con la colaboración del vocerón de Lady Gaga y del legendario Stevie Wonder en “Sweet Sounds Of Heaven”, es una balada de cerca de ocho minutos, casi épica (el tiempo le quitará el “casi”), con un Jagger inspirado de tener al lado a dos grandes de la industria. Es una de esas rolas que son la clara esencia de los Rolling, ese blues delicioso que es el alma de la banda, ese piano ancestral de Wonder, esos coros de Gaga. Pasaron muchos años para que pudiésemos escuchar una rola de este tamaño, de esas que te anudan la garganta y te nublan los ojos… pero llegó.
Keith Richards también tiene su momento en “Tell Me Straight”, donde se pregunta: “¿Es mi futuro todo pasado?”. Si alguna vez se les ha criticado (con toda razón) de ser una banda que suele hacer rolas “ligeras”, lo que no podemos negar es que pocas veces han sido superficiales. Este disco demuestra o reafirma su habilidad para embotellar angustias colectivas y te llegan sin importar la edad que tengas. Son los amos del arquetipo musical.
No todo el disco es una joya, hay sus momentos medianos como en “Dream Skies” que es un Country aburridón, a menos que tengas ya varias cervezas en el estómago y lo escuches de fondo.
La otra colaboración de Elthon John es en “Live By The Sword”, que por momentos suena a un tipo de imitación a Johnny Rotten, hay que escucharla varias veces porque no entra tan fácil.
Ronnie Wood declaró recientemente a la revista NME que ya tienen muchas más canciones grabadas, y que podrían estar listas para otro álbum.
Esto huele a más un tema publicitario, los veteranos cubriendo sus apuestas contra una narrativa de despedida.
Pero si tenemos que decir que Hackney Diamonds es el último disco de la banda, hay que reconocer que se van por la puerta grande, con cola y rabo y llenos de aplausos y flores.
Se califica del 1 al 5
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Fecha de lanzamiento
Oct 20, 2023
Duración
47:22
Género
Rock
Disquera
Universal Music