En el marco del festival HERA, la cantante y compositora, que está llegando a 34 años de trayectoria, sigue en pie de guerra.
Ely Guerra es uno de esos nombres que te vienen primero a la mente cuando se habla del Rock en español cantado por mujeres.
Y será justamente la suya, una de las participaciones más esperadas del Festival HERA, que se llevará a cabo el próximo 24 de agosto.
Se le conoce por ser una guerrera, alguien que te habla de frente y que tiene muy claro el lugar donde está parada. Con una discografía deliciosa, hoy se siente más libre que nunca y celebra que por primera vez, una mujer será quien dirija las riendas de nuestro país… “las cosas se están haciendo bien”.
Con motivo de este Festival de mujeres para mujeres, Elizabeth Guerra Vázquez se sentó (literalmente) en el piso, para hablar sin tapujos con los medios de comunicación.
¿Cómo te sientes con tu participación en el Festival HERA?
Estamos felices y bendecidos por estar en este Festival. Vivimos en tiempos distintos, donde estamos recibiendo a nuevas generaciones que están creando de manera increíble atmósferas artísticas, pero que al mismo tiempo su creatividad y compromiso con la historia femenina, nos incluye, y eso nos hace sentir, no solamente parte del Festival, sino también muy honradas y muy agradecidas de formar parte de este círculo y este movimiento.
Mi disco Sweet & Sour, Hot y Spicy cumple 20 años este 2024, siento que es un álbum significativo para celebrar en conjunto con todas estas mujeres que vamos a estar el 24 de agosto en la Autódromo.
¿Qué piensas de las nuevas políticas con respecto a la igualdad de género, como lo que sucede en Argentina donde se les obliga a los festivales a sumar una cuota de artistas femeninas?
Me parece que es el camino a seguir, definitivamente. Estas nuevas generaciones ya traen consigo todo el ADN para ser mucho más visionarias sobre este tipo de aspectos.
A mí y mi generación, nos tocó luchar de manera directa, cuerpo a cuerpo, un enfrentamiento que es vital e importante, pero que es desgastante.
Las nuevas generaciones, al tener esa perspectiva más amplia y una postura más estratégica, pueden visionar de una manera mucho más concreta, el tipo de leyes y escenarios sobre la igualdad de géneros.
Después de tantos años en la música, ¿cómo es tu relación con el escenario?
Cualquier escenario es grande, y cualquier escenario necesita ser honrado y respetado. Y la verdad es que yo sigo poniéndome muy nerviosa, pues cualquier audiencia es una audiencia crítica y tienen muy claro lo que quieren escuchar y ver.
Para mí lo importante es abordar el festival HERA a partir de lo que soy yo como músico; no intento pretender nada extraño, sino simplemente, ser el músico que soy a mis 52 años y estar con esa misma vitalidad y ese orgullo con el que siempre me he presentado ante la gente.
¿Cómo les describirías al público este disco de Sweet & Sour, Hot y Spicy?
Es un disco que celebra a la mujer desde un lugar hedonista, sensual, desde un lugar muy femenino. Es una defensa de mi origen y mi espacio.
Hubo cosas que la disquera quiso eliminar, me quisieron silenciar, y hasta regañada salí, y toda esa energía está puesta en este disco, y este álbum y las versiones que haremos, van a brillar en el escenario del Festival.
¿Qué significó para ti este disco?
Es un disco que se escribió hace 25 años y que hace 20 años salió a la luz. Fue un álbum que se hizo con mucho esfuerzo, que se grabó con cinco productores distintos, en diferentes países, con una búsqueda artística completamente popular, sin ser pretenciosa.
Hace 20 años yo celebré Sweet & Sour, Hot y Spicy bajo mucha presión. Recuerdo que estaba tocando en un antro en Puerto Rico y vi pasar a una chica con un afro increíble y dije: “yo quiero eso”.
Me lo hizo mi peluquero Jorge Vilchis y a partir de ahí mi vida cambió porque no sólo fue una música que me marcó en muchos sentidos, porque ya Lotofire venía, ya Para morirse de amor venían marcándome, pero este disco fue un twist porque en mi propia disquera me agredieron, me dijeron que me veía fea.
La gente que me “protegía” y que me quería me preguntaba por qué me hacía eso, por qué tenía que ir a contracorriente, por qué quería una portada donde no salía mi cara y que salía de espalda, que cuál era el mensaje que quería decir.
Todas éstas eran cuestiones artísticas que eran puestas bajo la lupa. Fue un disco que le fue bien, pero yo creo que si esta música hubiera salido un poco después, le hubiera ido mucho mejor.
Al final, siempre hemos sido medio pioneros, pues llegar con un material como éste, que tiene una carga emocional fuerte y una historia de género como la que tiene este material, es sin duda, en este Festival HERA, donde se tiene que poner para celebrar.
Éste es un momento en el que yo voy ya sin preocupaciones para tocar la música que hice hace 20 años, y que muchos podrían decir que sigo cantado lo mismo, pero no es así, porque estas canciones van madurando y van tomando una profundidad importante.
Yo no hice canciones por agradar al oído de los demás, yo no escribí frases que alguien quería oír, porque yo no escribí canciones que el mundo de la radio aceptó por una “payola”, que era en aquel entonces la moda… ¡no güey!, yo hice canciones que hablaban de mí y mi realidad, y creo que también de la realidad de muchas mujeres y hombres de este país.
Aunque vayamos avanzando y siendo más veteranas y que empecemos a ver la vida desde otra perspectiva, pues aquí estamos: hombro a hombro, seguimos luchando y eso es importante. Y agradecemos que nos sigan metiendo en sus filas y en estos festivales como HERA.
¿Qué significa ser músico independiente en estos días?
Ser músico independiente hoy en día es una de las formas más bellas de construirse a uno mismo, pero también es una de las formas más difíciles y confusas.
Porque siempre hay un mensaje mixto, siempre hay un mensaje extraño que no te permite ver la totalidad de la foto y que a veces sientes que estás muy solo y luchando contracorriente.
Pero cuando te das cuenta que el mainstream funciona de cierta manera, entonces aprecias mucho este camino de estar en la lucha, pero libre.
No hay quejas, pero sí debo decir que éste es un camino de claro oscuros muy profundos, pero que no es sencillo. Honestamente, eso te hace mucho más valiente y te hace querer continuar en esta brecha.
Éste es un momento particularmente complejo en mi carrera, porque después de la pandemia, pareciera como que ya todo mundo salimos a flote y dijimos: “la pandemia ya no está”, pero ha dejado un gran bache.
Y como músico a veces piensas en tirar la toalla porque las cosas están dificilísimas, pero yo sí creo que Dios me manda mensajes muy claros; estoy cantando mejor que nunca a pesar de todo.
Estamos trabajando fuertemente, no hay horarios, no hay descanso, porque creemos en la música, creemos en la música independiente, vamos a hacer las mejores producciones, tenemos que ir por ellas, pero hay que estar dispuestos a trabajar duro.
No estoy reprobando el mainstream, pero qué bueno que hay artistas como yo que podemos probar la libertar y seguir siendo fuertes.
¿Has identificado a algún talento emergente que te haya llamado la atención?
Uno quisiera decir: “ah mira, tengo a alguien favorito”, claro que hay mujeres que no solamente me llaman la atención, sino que me hacen mirar y me hacen sentir identificada.
A veces veo en esas mujeres esa misma chispa de energía y de guerra que yo tenía cuando era joven. Obviamente uno va cambiando y obteniendo cierta identidad.
Sí hay muchas mujeres, pero creo que es más importante englobarlo y expresarlo en una generación específica. Creo en las generaciones porque veo en ellas cuáles son las fallas o zonas oscuras de mi propia generación, y que ahora no se nos puede exigir que esos lugares tan oscuros se vinculen de forma rápida al lugar perfecto.
Lo que está sucediendo es que se están iluminando esos lugares oscuros gracias a estas nuevas generaciones. Hablar de una sola mujer que pueda impactarme me da la impresión que es como dejar de lado y no darle lugar a lo que está sucediendo globalmente con todas estas generaciones que he podido ver crecer, como a Natalia (Lafourcade), a Carlita (Morrison), a Denise (Gutiérrez), a Ximena (Sariñana) y ver cómo se van moviendo las fichas.
Esa fue la generación que yo pude ver un poco más de cerca y que empecé a descubrir y que empecé a sentir. Ok, aquí vienen las nuevas mujeres, pero tener la osadía de hablar de mujeres que están emergiendo y que tienen lugares privilegiados, no me gustaría, porque además yo soy muy mala consumidora de música en el sentido de que no escucho música todos los días, pero sí me informo.
Más bien quisiera elogiar a toda una generación que viene a sostener y que viene a poner en la luz aquellos espacios en donde nosotras no pudimos visionar o hacer estrategia, porque teníamos que ir y luchar.
¿Cuál ha sido el mayor reto en tu trayectoria musical?
En el comienzo de mi carrera no me querían firmar con mis canciones. Yo les parecía guapa, les parecía una intérprete capaz de cantar canciones de otros autores, les parecía comercialmente hablando, un negocio.
Pero mis canciones les parecían todo lo contrario, entonces el reto más fuerte para mí fue defender mis canciones, defenderme como autora.
Me dijeron: “ok, grabemos tus canciones” pero tu primer sencillo será un cover. Yo elegí cantar “Júrame” de María Grever, hoy en día es una canción que me identifica y que no me puedo bajar del escenario sin que la cante, es una exigencia de la gente que sigue mi trayectoria.
Hoy siento que estoy volviendo a empezar, siento que la pandemia y Zion me dieron un golpe fuerte que me están volviendo a educar, que me están diciendo que estoy en un nuevo comienzo.