
Una de las bandas nacionales que supo conquistar a públicos de todos lo géneros, llegará a hacer un gran ruido.
El Gran Silencio se presentará de nuevo en una fiesta musical sin precedentes, pues será justo la edición 25 del Festival Vive Latino, en donde llenarán el escenario con esa música sabrosa que nos ha hecho bailar y cantar por años.
En entrevista con medios de comunicación, el buen Tony Hernández, habló de cara a lo que será su presentación del sábado 15 de marzo.
Sobre lo que veremos en el escenario, Tony comenta que harán un recuento de las canciones más importantes de la trayectoria de la banda, pero también podremos escuchar algunas rolitas de su reciente disco.
“Estamos viendo, ajustando el playlist de ese día para que sea una tocada bien dinámica, muy energética, queremos que la raza se prenda el machín; no queremos dejar pasar los éxitos que han sido importantes en la banda”, comentó.
Para estar bien seguros y no dejar fuera nada de lo que los fans estén ansiosos por escuchar, en su página oficial, van a abrir un chat para preguntar qué canciones quieren escuchar sus seguidores.
«Dejamos de estar del 2014 al 2019, y ahora que ya ha pasado un buen ratito, regresar es como renacer para nosotros, con ese público de grandes masas»
¿Cómo han tomado esta invitación para ser parte de la celebración #25 del Vive Latino?
Este festival es un emblema de todo México, la verdad. Cuando iniciamos, lo hicimos junto con el Vive, y para nosotros es muy importante estar de regreso.
Creo que, como te digo, si no es el evento musical más importante de México, para nosotros sí lo es. El acercamiento con el público, el reencontrarnos con mucha gente que tal vez pensaba que El Gran Silencio ya no existía, va a ser para nosotros el momento adecuado de tener este reencuentro.
Vamos a disfrutar mucho pues es muy emotivo estar en el festival. Vamos a cumplir 34 años como banda, y si lo sumamos a lo que cumple el festival, entonces será una gran fiesta para festejar.
Hemos estado en seis ediciones en el escenario principal del Vive Latino, más una de sorpresa; también hemos salido a tocar con Celso Piña y otra con Los Ángeles Negros, entonces, imagínate, pienso que la gente merece un buen show y creo que nosotros vamos a sentir una energía impresionante.
¿Alguna anécdota del Festival que quisieras compartir?
Hay una importante. El primer Vive Latino fue difícil para nosotros, porque en ese momento, no solamente en el festival, sino en todo el Rock nacional, la escena era muy cerrada. Era muy difícil tocar una cumbia, por ejemplo, en el Vive Latino.
Entonces, nosotros antes del show pensábamos que nos iban a crucificar al momento que nos aventáramos un cumbión bien “bañado”. Entonces, decíamos: “¿Lo hacemos o no lo hacemos?”
Comenzamos con el cumbión y sí hubo el público renuente a la Cumbia, empezaron a aventar algunos objetos y cosas de ese tipo al escenario. Y nosotros: “¡Qué hacemos!… deja que llegue la parte de la mezcla de la Cumbia con el Rock y la gente va a cambiar de sentimiento”.
Y así fue para el tercer tema. Ya la gente estaba muy eufórica, todos cantando y brincando. Además, se subió al escenario con nosotros Rubén, de Café Tacvba.
Esa colaboración estuvo excelente y la gente ya se entregó a la banda, fue un cambio muy efervescente con el público y todos en el escenario. Era impresionante la cantidad de gente bailando.
Estaban esperando el tema de “Dormir, soñando” y no lo estábamos tocando, lo dejamos al final, pero ya cuando llegamos a ese tema, fue increíble ver la cantidad de gente coreando la rola.
«Si no lo sintiéramos ese vértigo y energía arriba de los escenarios, ya hubiéramos tomado retirada»
Las cosas han cambiado a lo largo de estos 25 años, hoy la apertura musical es grande y podemos escuchar prácticamente de todo.
Sí, es interesante ver que ahora el festival ha cambiado. No sé, a lo mejor es una cosa mía en la cabeza, pero El Gran Silencio, de cierta forma, propició este concepto de abrirse a más géneros.
De repente ya tienes a Los Ángeles Azules, a Bronco, a agrupaciones de cumbias y otros géneros regionales. El Vive se hace muy diverso, la diversidad en el festival crece y de una u otra manera, nosotros nos llevamos los “cocolazos” al principio.
Pero ya ahorita el festival tiene una diversidad interesante, muy hermosa para mí y para nosotros que hacemos esta mezcla de ritmos.
¿Qué les recomiendas a las bandas que van a tocar por primera vez en el Vive Latino?
Lo que nosotros pensamos la primera vez quer tocamos en el Vive, fue hacer nuestro el escenario.
A veces, está uno con la preocupación de las cuestiones técnicas; entonces, dijimos: “Si empieza a pasar, si de repente hay un feedback o no suena cierto instrumento, no lo hagamos evidente”.
Eso no lo olvidamos casi en los últimos shows, de repente pasó una situación así; todos haciendo caras y corriendo por todos lados por la adrenalina.
Pero sí, disfruten, hagan suyo el escenario y van a ver la evolución que se transmite hacia el público y luego se regresa hacia el escenario.
Es como una ola, de hecho, se siente así como si estuvieras en un tsunami de energía. Es una cantidad de gente impresionante la que hay en el público.
Cuando sales y ves esa cantidad de gente, suele ser que si no estás bien concentrado, pierdas la visión de a lo que vas, te entran los nervios, hasta a veces una náusea extraña ahí.
Pero ya empezando a sentir la vibración, súbanle a los graves machín, y esa vibración en el cuerpo, ya poco a poco empiezas a sentir el calor y la energía del público.
Ya el puro hecho de estar en ese escenario es un ganar-ganar; y si es en el escenario principal, mejor, como lo fue para nosotros en el primer Vive Latino, de donde nunca hemos salido.
“El escenario principal va a ser sagrado, compadres, hagámonos nuestro y con mucho respeto”, es lo que nos decíamos. Tampoco se trata de pegarle a Tarzán, nada de “yo las puedo todas”, pero con mucho respeto hay que hacer lo nuestro.

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