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La primera parada del tramo latinoamericano de su gira All Wires Red tuvo lugar la noche del martes 23 de septiembre en la Carpa Velódromo.
Para ser una banda sobria, Sisters of Mercy se regocija en la calidez del público mexicano. Si bien el recinto no lució a su capacidad, estuvieron los que tenían que estar, los fans de hueso colorado, Generación X y Millennials en su mayoría, y uno que otro Centennial.

Andrew Eldritch y compañía tomaron el escenario en punto de las 21:00 horas, con puntualidad inglesa. Desafiando el cánon gótico, Eldritch portó un poncho blanco: el tipo está en sus 60s, sobrevivió sus excesos y ya no tiene nada que demostrarle a nadie.

Arrancaron con dos temas inéditos, “Don’t Drive on Ice” y “Crash and Burn”, seguidos de un combo de su sólido álbum Vision Thing (1990) conformado por “Ribbons”, “Doctor Jeep” y “Detonation Boulevard”.
Los temas inéditos conforman más de la mitad de su setlist actual, pues en los últimos cinco años, Eldritch ha compuesto grandes rolas que, por alguna razón, prefiere no lanzar, sino ofrecer solo en vivo. Pocas bandas optan por dicho camino.
La noche continuó con “I Will Call You”, otra joya inédita, y el primer hit de la noche, “Dominion/Mother Russia”. No faltaron las gélidas “Alice” y “Marian”.

Pero la sorpresa de la noche fue sin duda “Giving Ground”, tema que Eldritch editó con el seudónimo de The Sisterhood, en gran medida para evitar que algunos ex miembros de Sisters usaran dicho nombre tras su salida de la banda.
“Temple of Love” puso fin al primer bloque de la noche, y tras una brevísima pausa en la cual Eldritch jamás abandonó el escenario, el cuarteto volvió para el encore, que arrancó con “Never Land (A Fragment)”, seguido de los platos fuertes de la noche, “Lucretia, My Reflection” y “This Corrosion”. Sisters of Mercy se despidió a las 22: 23 horas.

La banda luce sana, los guitarristas Ben Christo y Kai sacan bien la chamba y apoyan en las vocales. El comportamiento de Eldtrich en el escenario es extraño, el tipo luce cansado, pero jamás harto. De hecho, busca la interacción con el público a base de señas y ademanes.
Sisters of Mercy es una banda difícil de clasificar. Es tentador echarlos al cajón del post-punk o al del darkwave, pero me resultan demasiado pesados para ser góticos y demasiado góticos para una banda de metal.

Lucen riffs de guitarra que Ministry podría haber tomado prestados en sus mejores días, y tienen temas punks que evocan a bandas como The Gun Club.
Aunque no ha editado material nuevo en más de 30 años, Sisters of Mercy se mantiene sorprendentemente vigente. Antes de llegar de este lado del charco, tuvieron una extensa gira por Europa, llegando a rincones como Rumania, Serbia, Croacia y Macedonia como parte de festivales musicales, algo inusual para ellos.

Sus próximas paradas son las ciudades latinas de Sao Paulo, Buenos Aires y Santiago.