Eran poderosos, eran ídolos, nos hacían mover las cabezas… y ahora son tan normales y comunes como tú y yo.
Las reputaciones de los “Dioses del Metal”, en el contexto de sus estilos de vida y reputaciones de antaño, han cambiado mucho para algunos.
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Más de un ex músico metalero ha emprendido carreras inesperadas tras dejar la música, por ejemplo, Jim Martin, ex guitarro de Faith No More, ahora es un agricultor de calabazas famoso en todo el mundo por ganar concursos.
La leyenda del metal extremo Wagner Lamounier disolvió Sarcófago en 2000, obtuvo un doctorado y se convirtió en profesor de estadística aplicada y economía en la Universidad Federal de Minas Gerais en Belo Horizonte, Brasil.
Steve “Mugger” Corbin, de Black Flag, se hizo millonario gracias a la tecnología.
En el gran panteón de los músicos con trabajos que parecen surgir de la nada, uno de los grandes ejemplos es el de Bob Rusay, que tras ser expulsado de Cannibal Corpse en 1993, el guitarrista fundador de la banda se convirtió en profesor de golf en Arizona.
“En la secundaria había descubierto la música y el poder y la euforia de una actuación en vivo. Poco antes de terminar la secu, ya tocaba en una banda y, al graduarme, había firmado con un importante sello discográfico y estábamos en marcha”.
“En ocho años grabamos tres álbumes de larga duración, hicimos varias giras por Estados Unidos, Europa, México y Canadá y aparecimos en la película Ace Ventura: Pet Detective”.
Aunque el golf había formado parte de la vida de Rusay desde niño, se apartó de este deporte cuando el Metal se convirtió en la fuerza dominante de su vida en el instituto.
En 1985 tocó la guitarra en un grupo llamado Satan’s Angel, que volvió a formarse con el nombre de Tirant Sin tras la salida del cantante.
Cuando Tirant Sin se disolvió en 1988, Rusay se unió a sus antiguos compañeros de banda Chris Barnes y Paul Mazurkiewicz, así como al bajista Alex Webster y al guitarrista Jack Owen, para fundar Cannibal Corpse. El resto… es historia.
Rusay tocó en Cannibal Corpse en sus tres primeros álbumes y recorrió el mundo con la banda en el transcurso de 8 años, pero fue despedido en 1993 debido a su falta de progresión técnica.
Su compañero Chris Barnes dijo más tarde que Rusay fue “100% la contribución más infravalorada a esa banda”.
Tras su despido, el guitarrista se casó con Julie Christine Hammond y tuvo dos hijos. Con el aliento de su familia, Rusay reavivó su pasión infantil por el golf y comenzó una carrera como instructor, recibiendo su certificación de enseñanza de la Federación de Profesores de Golf de Estados Unidos antes de unirse al Western Skies Golf Club en Gilberg, Arizona.