Desde los confines de la negra noche, emerge la locura de una banda que le ha cantado a la luna, al amor, a la pasión y a la desesperación, durante 35 años, fecha que celebran cerrando el Vive Latino 2024.
Siempre que piensas en Rock en Español, La Castañeda es parte intrínseca del desarrollo del mismo.
No existe ninguna playlist de Rock en nuestro idioma que no tenga alguna rola de la mítica banda, que en esta trayectoria han navegado más por las aguas del culto, alejándose de la brillante industria comercial que va desechando bandas cuando éstas apagan su luz y se hunden en la oscuridad.
En conferencia de prensa, la banda mexicana, nos platica sobre sus 35 años, su música y su perspectiva de la escena nacional. Ellos son Chava y Omar…
Ustedes ya han cerrado anteriormente un Vive Latino, ¿pero cómo ven a la escena actual, qué bandas considerarían que podrían ser cabezas de festivales?
Omar: Yo he tenido oportunidad de tener contacto cercano con bandas emergentes, y con bandas que ya tienen cierto tiempo trabajando y esta idea de ser el “headliner”, siento que se ha difuminado un poco entre la pretensión y el trabajo que habla por sí mismo.
Yo creo que las bandas van tomando de manera natural el lugar según la preponderancia que puede tener su música.
Pero en el marco de un festival estamos hablando de un gran trabajo de organización, de logística, de programación, de buscar los momentos idóneos para cada banda, y bueno, creo que la Castañeda es una banda que se presta para los cierres, por toda la propuesta y el tipo de show que se despliega, siendo un espectáculo adecuado para cerrar un festival.
Abrir, estar en medio o cerrar un festival, pasa a un plano secundario, porque lo importante es compartir escenario con todas esas bandas y que el público tenga la mejor opción y secuencias de bandas, y creo que el Vive Latino lo logra en ese sentido.
¿Qué tan difícil es cerrar un festival?
Omar: Nos place mucho que nos convoquen para volver a cerrar el Vive Latino, y a decir verdad, es un gran reto.
Porque ya la gente ya escuchó mucha música, ya estuvo mucho tiempo en el festival, y justo por eso, tenemos que presentar un espectáculo bastante energético, bastante vistoso, y creo que la Castañeda cumple cabalmente con esos requisitos.
Además nos gusta mucho esas disposiciones difíciles.
¿Cómo ha cambiado la apertura de los fans sobre la música que escuchan?
Omar: En el caso del festival, se ha convertido en un lugar completamente incluyente, que en ciertos momentos ha sido criticado, pero esa diversidad es ya un sello de la personalidad del Vive Latino.
Cada festival se ha ido desarrollando y tomando sus nichos, con sus tipos de públicos y de bandas, y en ese sentido, creo que el Vive Latino es el de mayor apertura.
Lo que se traduce en una mayor oferta y diversidad para la gente donde se rompen las barreras que existían hace muchos años, donde éstas eran muy marcadas, incluso entre los mismos subgéneros del Rock, entre el Metal, el Ska, Rock urbano, había mucha segmentación.
Afortunadamente esto se ha superado y para mí es un agasajo que haya un encuentro donde la gente y los géneros musicales puedan convivir. Y la verdad es que el público lo disfruta mucho.
Hay muchos que están esperando ciertas bandas con cierto perfil, y al estar ahí, tienen la oportunidad de acercarse a nuevos géneros que nunca habían experimentado.
Antes los medios masivos de comunicación “manipulaban” lo que se tenía que escuchar. Afortunadamente eso ya quedó en el pasado y ahora cualquier tipo de género puede llegar a cualquier tipo de público.
Omar
¿Cómo hace La Castañeda para enfrentar esas brechas generacionales e incentivar a los más jóvenes a que consuman música?
Omar: Los jóvenes siempre merecen atención, merecen espacios, medios de expresión. Ya sabes, estas barreras generacionales que dicen que los jóvenes escuchan pura basura, pues se trata de que todo se conjugue y que el público tenga opciones.
Cuando un chavo empieza a escuchar música, pues escucha lo que está de moda, y es algo natural. En un festival como el Vive Latino, ese público que va tiene la manera de expandir sus gustos y de conocer otras cosas que no pertenecen a la tendencia actual, sino que es música que ya ha transcendido ser algo de moda y se convierten en propuestas válidas.
La Castañeda nos ha querido invitar, a lo largo de su carrera, a conocer cómo es ese interior a través de la locura…
Chava: Yo creo que en la esencia del arte radican esas posibilidades de que el Ser exterior se interiorice y viceversa, y de ahí parten hacia esta expansión cuántica, hacia todas las posibilidades de comunicación, de reajustes de conciencia.
Hay una relación directa entre el arte como hijo mayor de la locura, con el don, eso es justamente un antídoto para poder compensar y balancear las embestidas de la realidad.
Cuando nos topamos con un mundo donde hay una guerra silenciada, donde hay tantas deformidades en los ámbitos de violencia, de política, es ahí en el arte, en la música, en la locura, donde encontramos un punto de balance que nos permita reacomodar todos estos elementos y aportar algo, primero a uno mismo, luego al entorno inmediato, hasta hacerlo una onda expansiva, y hablarles de la frenopatía, del gris normal, de la locura creativa, del anquilosamiento de la normalidad.
En ese aspecto, nos sentimos muy honrados y a la vez comprometidos con un gran sentimiento de aportar algo.
Omar: Yo creo que la razón necesita mucho de la creatividad y de la locura, y la creatividad y la expresión artística también necesitan cierto tipo de raciocinio, para así crear una sinergia.
La razón es un ente bastante complejo pero los que lo limitamos, somos nosotros.
¿Qué piensan sobre las críticas hacia La Castañeda por manejar temas oscuros y profundos?
Chava: En lo personal eso me motiva, me gustan las críticas, no tengo problema en recibirlas, porque tengo claro que cada quien las percibe desde un punto de vista distinto.
La Castaneda tiene muchos colores musicalmente, es una banda que recorre una gama muy amplia de ritmos, de fusiones, de intenciones.
En la parte de las letras, pues asumo la responsabilidad de esta búsqueda poética que a veces nos lleva a retorcer un poco nuestro intelecto y que puede ir de lo filosófico a lo espiritual, pasando por lo bizarro o grotesco, pero que pretendemos sacudir este letargo al que nos sume la vida cotidiana.
Y si nos critican por eso, caray, muchas gracias, porque es un aspecto que realmente distingue nuestras canciones, pues el concepto de La Castañeda ha sido muy respectado por nosotros mismos, al explorar todas estas líneas de expresión de una manera honesta y auténtica, para poder brindarle a la gente todas estas posibilidades de reflexión y acercamiento a una óptica que no es lineal ni convencional, es panorámica.
En este nuevo modo de consumir música, en donde todo es inmediato, incluso los conciertos se presencian más a través de la pantalla del celular, ¿qué postura tiene La Castañeda ante estas nuevas formas de vivir la música?
Omar: Yo creo que tanto los medios de comunicación y las plataformas, nos hemos aprendido a adaptar a distintas maneras de difundir la música.
También hay una adaptación en la manera de crear música, porque uno tiene que buscar el seguir abriéndose camino en estas nuevas formas.
Y eso no escapa a la composición, creo que ésta también tiene que actualizar su métodos, adaptarse, tiene que ser flexible, y eso a veces es un reto.
Lograr un consenso en estos tiempos en los que incluso estuvimos grabando y componiendo discos a distancia, ha sido una gran lección donde ya dejas atrás las maneras arcaicas de hacer música y tienes que atreverte a explorar otras formas hacerla.
Por otro lado, las redes sociales han propiciado muchas cosas muy desechables; las grandes canciones que se hacen, de repente a las dos semanas ya no son tendencia y ya fueron olvidadas.
Estaba el otro día en una plática que abordaba el tema de lo que está pasando con las redes sociales, y en donde vimos un video de un escándalo en un concierto donde un cantante hizo, dijo o le pasó algo, y curiosamente tenía muchas más interacciones un video de un escándalo o un chisme, que el video de la nueva canción de la misma banda.
Platicaba con su cantante, y él me decía: “cómo puede ser que estamos presentando nuestro nuevo sencillo (una canción muy bien hecha, con un trabajo atrás bastante elaborado) y que haya causado más furor algo que dije, que realmente fue un accidente”.
Eso, había subido sus números de seguidores, pero no por su música, si no gracias a este tipo de viralizaciones que hacen las redes sociales hoy.
Eso nos deja una gran tarea para reflexionar sobre lo que el público está recibiendo y sobre el mismo gusto del público.
Llegamos a la conclusión de que a lo mejor el público ya no está buscando tanto la música si no el escándalo.
Hay que tener mucho cuidado con eso, sobre todo como público, porque como artista puedes tener un desliz o puedes hacer una gran canción, pero público debe tener algunos filtros, de lo que entra en su mente y de lo que ellos quieren realmente que forme parte de ellos, de su cultura, de su pensamiento, de su sentir.
¿Qué tanta apertura tiene La Castañeda para hacer alguna colaboración con alguien que no pertenece al Rock?
Chava: En lo que a mí concierne, estoy abierto; hace algunos años quizá no hubiera tenido esta disposición de hacerlo, por ejemplo, acabo de participar en un concierto de la Sonora Santanera, hice una colaboración con la banda argentina Oveja Negra, acabo de participar en un concierto de Mosy & Friends, en fin, en este punto estoy muy abierto a las colaboraciones.
Pero La Castañeda no es muy ávida de ese tipo participaciones, como que nunca se ha dado ese interés o apertura hacia estas integraciones.
Quizá nuestro única participación de ese tipo, y que guardamos con mucho cariño, es la participación de Óscar Chavez en el tema “Nancy Llaga” y que es una rola a la cuál le tenemos mucho cariño justamente por Óscar, pero es una excepción.
En este punto de nuestra historia, podría ser interesante, pero no es un tema que hayamos abordado con mucho interés, La Castañeda no da mucha cabida para eso.
Omar: Es muy rico compartir con gente nuestra música, hay muchos músicos que se han subido de manera espontánea a nuestro escenario, como nuestro carnal Sax, que era como otro “castañedo”, pero no era una cuestión que se buscara como una manera para causar un impacto comercial o para llamar la atención, sino por un gusto, por compartir.
Yo no me siento tan atraído al rollo de tener una lista de grandes invitados sólo porque son famosos o porque están de moda.